Londres en 3 días

Hoy os traemos un pequeño itinerario-guía de esta corta pero intensa visita que hicimos a la capital británica el pasado mes de marzo. No hace falta remarcar que para venir a Londres hay que concienciarse de caminar, tener claro los sitios a visitar y al menos llevar organizado mínimanete un plan de lo qué queréis hacer. Pues esta ciudad es tremendamente grande y las distancias no son cortas. Sí que es cierto que muchas de las atracciones se encuentran en el centro y se puede ir a pie. Pero entre que hay muchas más cosas que ver y que el tiempo en Londres es muy cambiante, no es de extrañar que tengas que hacer uso del tranporte público.

Londres es sin duda la mayor metrópolis de Europa y tiene fama de ser internacional y cosmopolita, ya que más de la mitad de sus habitantes son inmigrantes y, en sus calles se puede escuchar hablar casi en 300 lenguas distintas. Es por ello que en esta ciudad uno nunca se siente fuera de lugar debido al ambiente multicultural que se respira.
Londres se ha convertido en un destino soñado para muchas personas, siendo año tras año la segunda ciudad más visitada del planeta, compitiendo con Bangkok, con alrededor de 20 millones de turistas anuales. Menuda barbaridad, ¿no os parece?


Ahora que sabéis un poco más de la capital inglesa os invitamos a que nos acompañéis hasta Londres en esta escapada express. Hemos de reconocer que 3-4 días no son suficientes para conocer en profundidad los atractivos de la ciudad, pero tampoco creemos que lo sea una semana o 10 días. Así que esto es simplemente un aperitivo para vivir la esencia londinese.

¿Cómo llegar a Londres?

La mayoría de gente llega a la ciudad mediante avión, por dos razones. Primero porque Londres cuenta nada más y nada menos que con 6 aeropuertos, por lo que está bastante bien comunicada con el resto del mundo jaja. Y segundo porque Reino Unido es una isla y aunque se pueda llegar en coche, tren o autobús, resulta largo y costoso.

Aeropuerto Heathrow: el más cercano. Existen diferentes maneras de llegar al centro:
  • Heathrow Express: Este tren es la forma más rápida de llegar. Tiempo de 15-20 minutos. Llegada a la estación de Paddington. Precio ida 22£, precio ida y vuelta 37£
  • Heathrow Connect: tren con paradas. Tiempo de 30 minutos. Llegada a la estación de Paddington. Precio ida 10,2£
  • Metro: forma más económica, pero opción lenta. Tiempo de 45 minutos. Precio billete 6£
  • Taxi: solo recomendable para grupos o familias. Tiempo de 1 hora. Precio entre 50-80£
Aeropuerto de Gatwick: es el segundo aeropuerto de la ciudad.
  • Gatwick Express: Este tren es la forma más rápida de llegar. Tiempo de 30 minutos. Llegada a la estación de Victoria. Precio ida 19,9£, precio ida y vuelta 32,7£
  • EasyBus: forma más barata de llegar a Victoria. Precio desde 2£ (depende de antelación,  fechas y horarios). Tiempo de 80 minutos 
  • Taxi: Tiempo de 1 hora. Precio entre 80-100£
Aeropuerto de Luton: con vuelos regulares de compañías de bajo coste
  • Tren: forma más rápida y cómoda. Las compañías que operan este trayecto son East Mislands Trains y First Capital Connects. Llegan a la estación de St Pancras o London Bridge. Tiempo estimado de 30-40 minutos. Precio ida 18£
  • Bus Terravision: opción barata pero larga. Tiempo de 1 hora. Realiza paradas intermedias antes de llegar a la estación de Victoria. Precio ida y vuelta de 17£
  • EasyBus: opción más económica. Precio desde 2£ (depende de antelación, fechas y horarios). Tiempo de 80 minutos 
  • Taxi: Precio alrededor de 110£ 
Aeropuerto de Stansted: el más transitado con vuelos regulares de compañías de bajo coste
  • Stansted Express: Este tren es la forma más rápida de llegar. Tiempo de 45 minutos. Llegada a la estación de Liverpool St. Precio ida 18,1£, precio ida y vuelta 29,9£. Existen descuentos para grupos (consultad su página web)
  • Bus Terravision: opción económica pero larga. Tiempo de 55 minutos hasta Liverpool St y 75 minutos hasta Victoria. Precio ida 6£.
  • Taxi: Precio alrededor de 110£
Aeropuerto de la City: es el más cercano del centro. Poco transitado. Se puede acceder a él en taxi, autobús o DLR 

Aeropuerto de Southend: el más nuevo y  alejado, a 65 kilómetros de la ciudad.
  • Tren: Es la forma más rápida de llegar. Tiempo aproximado de 50 minutos . Llegada a la estación de Liverpool St. Precio ida 16,7£



Itineario Londres en 3 días


A continuación os contaremos nuestra experiencia que esperamos os pueda ayudar a preparar vuestro viaje a la capital británica.

Día 1. Llegada a Londres. Victoria, Westminster, Trafalgar Square, Piccadilly Circus, Chinatown


Nuestro vuelo aterrizó hacia el mediodía en el aeropuerto de Stansted. Y tras pasar un exhaustivo control de seguridad (me recordó mucho a cuando llegamos al aeropuerto de Nueva York), nos fuimos a tomar el Stansted Express hasta la estación Liverpool Street. 
Habíamos comprado los billetes con antelación a través de la página web, donde se nos permitió hacer uso de diversos descuentos. Si se viaja en pareja, familia o grupo hay pequeños descuentos. 

Tras 45 minutos de tren, que no se hicieron pesados pues los trenes son muy cómodos y cuentan con algunas facilidades como enchufes para cargar tus aparatos electrónicos, tomamos la Circle line (línea de metro amarilla) hasta Victoria, donde teníamos el alojamiento.
Al tratarse de un viaje tan express, decidimos buscar un hotel centrico que nos permitiera llegar a casi cualquier sitio andando. Reservamos habitación en el EasyHotel Victoria (hay varios en distinas localizaciones de Londres). Este hotel de la misma compañía que la aerolínea Easyjet es muy barato pero con comodidades limitadas. Pagamos sobre unas 55£ por noche por habitación doble. Lo que es muy económico para ser el centro de Londres. No obstante si queríamos disponer de wifi, desayuno, guardaequipajes, etc, todo ello eran gastos adicionales de pago no incluidos en el precio inicial. 
A pesar de eso, decidimos contratarlo porque tan sólo pasaríamos tiempo en el hotel (solamente para dormir) y por su perfecta ubicación. Localizado a unos pasos de la estación de trenes y metro Victoria, pero en una calle tranquila y sin apenas tráfico.

Una vez hecho el check in nos fuimos caminando por Victoria Street hasta la catedral de Westminster. Este templo católico es mucho menos conocido que su vecina la abadía anglicana que lleva el mismo nombre. No obstante, la catedral es de acceso gratuito y creemos que no está de más entrar a visitarla.

 Cardinal Place mall, Victoria Street 

Catedral de Westminster

Al final de la calle encontramos la Abadía de Westminster, conocida por ser escenario de celebraciones como bodas reales o enterramientos de honor de la familia Windsor, Isaac Newton o Charles Dickens. 
Esta iglesia de estilo gótico es de las más opulentas y bellas de la ciudad. Eso sí, la entrada no es gratuita a diferencia de la catedral. Nosotros no entramos porque ya estaba cerrada pero para nuestra siguiente visita a la ciudad (que será pronto) no queremos perdérnosla.



Adultos: 23 £
Estudiantes y Mayores de 60 años: 20 £
Niños de 6 a 16 años: 10 £
Menores de 5 años: Gratis

Justo al lado de la abadía se encuentra el Palacio de Westminster, sede del parlamento británico, y su archifamosa torre el Big Ben, que por desgracia no podríamos ver en este viaje ya que está en proceso de renovación desde 2017 hasta 2021. Por lo que se ve simplemente una torre de andamios junto al río Támesis.

Desde el mismo río se divisa en frente la conocida London Eye, una noria de 135 metros de altura que es la atracción turística más popular del Reino Unido. Es por ello que suelen formarse interminables colas para subir a la misma. Recomendamos comprar las entradas de manera online a través de su página web. No solo puedes evitarte alguna que otra espera, sino que además obtendrás un descuento del 10%.
También existe la posibilidad de comprar un Fast Track, tanto online como en la noria, que te permite acceder sin hacer largas colas.


Adultos: 30 £ (normal), 40 £ (fast track)
Niños de 3 a 15 años: 24 £ (normal), 34 £ (fast track)
Menores de 3 años: Gratis

Anduvimos dirección norte por Whitehall st hacia otro de los puntos clave del centro de Londres, Trafalgar Square. Esta plaza es centro de reunión de muchos por ubicarse entre museos, cafés, embajadas y los mejores hoteles de la ciudad.
Está presidida por la columna de Nelson, en homenaje al mismo almirante que falleció durante la batalla de Trafalgar. Destacan también sus cuatro leones y, el museo National Gallery en lo alto de la escalinata.
Una de las mejores excusas para los días lluviosos, que no son pocos, es refugiarse en cualquiera de los museos de la ciudad, ya que tienen mucho que ofrecer y son de entrada libre.


A apenas 500 metros está la que dicen es la plaza más famosa de Londres, Piccadilly Circus. Esta intersección de calles es centro de reunión de locales y turistas que buscan la mayor oferta comercial y de ocio de la capital británica. Una plaza compuesta por el tráfico, el bullicio, el ajetreo, la historia y las luces de neón. Sin duda un lugar que no debes perderte en tu recorrido por el centro de Londres.



En Piccadilly está la tienda de ropa deportiva Lillywhites, donde puedes encontrar ropa de muchas marcas conocidas a precios de outlet.
Siguiendo por Regent St veremos las boutiques y tiendas de las firmas internacionales más prestigiosas. Lo que vendría a ser como la quinta avenida de Nueva York. Un paraíso para los individuos que buscan un turismo de compras jaja. El mayor número de tiendas se sitúan entre Piccacilly Circus y Oxford Circus, aunque algunas se esconden en travesías o calles paralelas. Como es el caso de Carnaby Street, una de las pocas calles peatonales con innumerables boutiques de moda. Está ubicada en el Soho, junto a Chinatown (estos dos barrios quedan al norte de Piccadilly Circus).



Como se acercaba la hora de cenar decidimos buscar algún restaurante bueno, bonito y barato en la zona de Chinatown.
Lo de bueno y bonito es muy fácil de encontrar. Estamos en el centro de Londres, una de las ciudades más glamurosas y con más estilo, por lo que restaurantes de prestigio y de chefs con estrellas michelín hay a borbotones. 
Ahora viene la tercera B, que sea barato. Esto es muy relativo, porque para los españoles, los precios en Londres nos resultan más bien caros. Además la libra está más alta que el euro por lo que encima solemos asustarnos de más cuando convertimos moneda jaja. 
Pero bueno, hay establecimientos para cualquier bolsillo. Si lo que quieres es ahorrar siempre puedes acudir a las cadenas fast food o comer cualquier cosa de la calle o del supermercado. En muchos locales de comida rápida podéis probar el fish and chips, el plato típico londinense por excelencia. El pescado rebozado suele ser merluza o bacalao, y viene acompañado de patatas fritas con mayonesa. Un plato que debéis probar.


Nosotros en esta ocasión quisimos aprovechar que estábamos en el barrio chino para comer algo de comida asiática. Gerrad Street es la calle más animada del barrio, hasta los topes de vida y restaurantes de todo tipo. Conforme más te alejas de la calle principal, los restaurantes son más económicos y no están tan abarrotados.


Nos llamó la atención el restaurante malayo C & R Cafe. Tripadvisor nos lo había recomendado y se adaptaba bien a nuestras carteras. Además el restaurante estaba lleno cuando llegamos, señal de que era bueno. Por lo que no dudamos en esperarnos unos minutillos a que nos dieran mesa.

Tras la cena nos fuimos andando hasta el alojamiento, que no es que estuviera precisamente cerca (3 km), pero es que hacia muy buena noche y queríamos deambular por las calles londinenses. Aprovechamos y pasamos por delante del Palacio de Buckingham.

¡Menudo primer día hemos tenido!, la verdad que no hemos parado. Pero es que Londres es así, un sin parar. Una ciudad llena de vida que podemos conocer un poco por encima en estos tres días, eso sí, yendo con la quinta puesta jajaja. Ahora toca descansar, que nos lo merecemos y, mañana más :)

Día 2. Belgravia, Knightsbridge, Hyde Park, Kensington, Sky Garden, St. Paul Cathedral, Tate Modern, British Museum, Covent Garden, Leicester Square


Para el segundo día habíamos planeado visitar por la mañana los barrios que quedan al sur de Hyde Park, el pulmón verde de la ciudad. Se trata del mayor parque del centro de Londres con más de 140 hectáreas y, que es refugio de ardillas, cisnes y londinenses que buscan alejarse del tráfico de las calles.
Comenzamos el paseo por los barrios de Belgravia y Knightsbridge. Estos dos son exclusivos barrios residenciales y comerciales, que albergan las casas más ostentosas y las tiendas de moda más lujosas. Entre ellas están los grandes almacenes Harrods, los más grandes del mundo, así como las sedes de los diseñadores más internacionales.


 Eaton Place

 Herbert Crescent 

 Hans Place Garden

Walton Place

Harrods tiene de todo y de todos los precios. Aunque nosotros, como turistas, no recorremos el enorme centro comercial y simplemente nos conformamos con pasarnos por la tienda de souvenirs y comprar un recuerdito, como es un monedero, un oso de peluche, una taza o un bolso.

Saliendo de Harrods, a tan solo 600 metros siguiendo la misma calle, está el Victoria & Albert Museum, también conocido como el Museo de Arte Nacional y Diseño, dedicado a las bellas artes y artes decorativas. Al igual que la mayoría de los museos de Londres, su entrada es gratuita.



No más lejos que cruzando una calle se encuentra otro de los museos más visitados de la ciudad, el Museo de Historia Natural , que alberga una extensa colección del mundo de la ciencia y la naturaleza. Entre la que destacan esqueletos de dinosaurios, simulaciones de terremotos y el acceso en escalera mecánica atravesando "la Tierra", entre muchas otras cosas.




Desde el museo recorremos Queen's Gate dirección norte hasta topar con una de las entradas a Hyde Park, más concretamente a los Jardines de Kensington. En los jardines se encuentra el palacio del mismo nombre, que es residencia de la corona británica desde hace más de 300 años. Y donde viven varios miembros de la realeza como los duques de Kent, los duques de Gloucester y los príncipes de Kent.



Es posible visitar el interior del Palacio de Kensington y pasear por algunas de las estancias reales. Hay un par de zonas dedicadas exclusivamente a la reina Victoria y a la princesa Diana de Gales, más conocida como Lady Di, las cuales vivieron en el mismo palacio.
El acceso al jardín es gratuito; no obstante, la entrada al palacio es de pago.


Adultos: 17,5£
Estudiantes y mayores de 60 años: 8,7£

La parada de metro que queda más cercana es High Kensington Street. Aunque nosotros no queríamos irnos a tomar el transporte tan pronto sin visitar antes el Design Museum. Un museo de estilo vanguardista que maravilla a cinéfilos, amantes del diseño y de la arquitectura. Quizás si no eres un fanático de estas disciplinas no te valga la pena venir. Es un museo pequeño y lo recomendaría si disponéis de suficiente tiempo en la capital británica.



Tras la visita al museo nos vamos a tomar el metro a High Street Kensington. Frente a la parada queda la preciosa iglesia de St Mary Abbots. Uno de los bellos rincones que esconde la ciudad de Londres.


Cogemos la Circle line (linea amarilla) hasta la parada Monument. Un trayecto de 20 minutos.
Ésta es una de las zonas financieras de la ciudad con mayor concentración de rascacielos de oficinas. Uno de ellos es el 20 Fenchurch Street, aunque prácticamente nadie lo conoce por ese nombre, sino por el de Walkie Talkie, debido a su forma peculiar.


Este rascacielos es famoso porque en su última planta alberga el Sky Garden, un jardín interior con una de las mejores vistas de Londres. Y GRATIS!!!
Eso sí, no se puede acceder si no reservas la entrada con antelación. En la web podéis elegir el día que queréis ir y la hora. Hay que estar una media hora antes allí pues se forman colas para acceder y se pasa un control de seguridad. 



Desde la terraza podemos observar el Támesis en todo su esplendor y los edificios más próximos al río. Entre ellos divisamos The Shard, el rascacielos más grande de Europa occidental. Que cuenta con un mirador para ver Londres desde las alturas, pero tiene un precio bastante elevado (32£), por lo que no lo recomendamos y creemos que vale más la pena venir hasta el Sky Garden, donde estamos ahora, cuya entrada es gratuita. 
A la izquierda desde la terraza se ve la famosa Torre de Londres, el Tower Bridge y el nuevo ayuntamiento. Una escena que nos conformaremos con ver desde lejos pues no disponemos de suficiente tiempo, en esta ocasión, para verlo todo. 






El Sky Garden cuenta con una cafetería desde la que poder contemplar el atardecer si tienes suerte y el cielo está despejado. Nosotros no tuvimos tanta y más bien lo vimos nublado. Pero bueno, al no habernos gastado nada de dinero en subir, no nos supo mal.

A pocos pasos del Walkie Talkie encontramos dos rincones que bien vale la pena visitar. Uno es el mercado Leadenhall Market, de los más antiguos de Londres. Este mercado de estilo victoriano está lleno de boutiques y joyerías de lujo. Pero aunque no lleves idea de comprar nada, venir a ver su arquitectura es indispensable y así, contemplar en primera persona el mercado que sirvió de inspiración a J.K Rowling, para el Callejón Diagón de la saga Harry Potter.


El otro punto que quisimos conocer fue St Dunstan in the East Church Garden. Y os preguntaréis ¿que demonios es esto?
Pues se trata de una de las incógnitas de Londres, un jardín público desconocido para muchos. Este precioso lugar tiene encanto e historia. Pues se trata de una iglesia que quedó destruida casi por completo durante la Segunda Guerra Mundial y ahora sus ruinas conforman el parque. Un oasis de paz y tranquilidad en el caótico centro londinense. 




Desde aquí nos fuimos por Cannon Street hasta St. Paul Cathedral. La catedral es uno de los templos religiosos por excelencia de la ciudad y del mundo. Pues su cúpula es de las más grandes e impresionantes. Su arquitecto, Christopher Wren, la diseñó tras el Gran Incendio de 1666 basándose en el estilo de la Antigua Roma. 


Adultos: 20£
Estudiantes y mayores de 60 años: 17,5£
Niños de 6 a 17 años: 8,5£


La entrada al interior es de pago, a no ser que asistas a una de las misas que se celebran. Eso sí, hay que hacerlo siempre comportándose con respeto. Aquí toca guardarse la cámara. 


Comenzó a caer la tarde cuando decidimos salir de la misa y continuar, cruzando el Támesis, hasta el Tate Modern Museum, museo de arte contemporáneo del siglo XX y XXI, donde destacan obras de artistas como Dalí, Warhol, Picasso y Munch, entre otros. 


Aunque no solo llaman la atención las obras de arte, sino también el propio edificio, al ubicarse en una antigua central eléctrica y, contando con una azotea con impresionantes vistas. 





Casi se había hecho de noche cuando comenzó a llover y tomamos la decisión de refugiarnos en alguno de los museos de la ciudad. A tan solo 10-15 minutos en transporte público desde St. Paul se llega al Museo Británico. Tienes la opción de ir con la linea roja del metro o con el autobús nº 8. 

Ya era noche cerrada cuando entramos en el museo; sin embargo, todavía quedaban un par de horas hasta que éste cerrara. El British Museum, siendo de los más grandes del mundo, tiene mucho que ofrecer y, creemos que se necesitan varios días para recorrerlo obra por obra. Es por ello que decidimos de antemano las salas que queríamos visitar. Deambulamos por Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma y, a pesar de que nos hubiera gustado conocer más culturas, nos fuimos con buen sabor de boca. 






Habiendo viajado por los distintos continentes decidimos volver a las calles de Londres y buscar algún sitio para cenar. Así que nos acercamos hasta Covent Garden para tomar algo por sus alrededores. 
El mercado es mucho más animado de día, pues las tiendas y los restaurantes están abiertos y llenos de vida. Aunque bueno, verlo a cualquier hora siempre es un privilegio si tienes suerte y puedes escuchar a los músicos callejeros que ambientan este mercado cubierto.


Entre Covent Garden y Leicester Square seguro encontraréis algún restaurante que os guste. Leicester Square es una plaza peatonal entre Covent Garden y Piccadilly Circus. Ésta es centro de ocio, comercial y cultural. Ofreciendo actividades lúdicas como asistir a teatros, musicales, casinos y discotecas de todo tipo.
Aquí se encuentra el "Broadway" londinense, donde se concentran la mayoría de representaciones musicales y teatrales. Si tienes ilusión por ver una, acércate hasta TKTS. Funciona de igual manera que el de Times Square en Nueva York. Y es que en estas taquillas puedes conseguir verdaderos descuentos en entradas que quedan sueltas o de última hora.


Día 3. Notting Hill, Little Venice, Victoria 


Es sábado por la mañana y, creemos es el mejor día para conocer uno de los mercados más importantes de la ciudad. 
El vecindario de Notting Hill no solo es famoso por sus apariciones en películas o en publicaciones de instagramers que vienen hasta Londres para posar frente a sus pintorescas casas de colores, sino que también cuenta con uno de los mercados más grandes de la ciudad, Portobello Market, que atrae a miles de londinenses y turistas cada fin de semana. Y es que aunque el mercado se abra cada día, entre semana suele estar menos concurrido y no es tan animado.


Para encontrar el comienzo del mercado solamente tienes que seguir a las multitudes una vez te hayas apeado en la estación de metro Notting Hill Gate. 
Por la calle Portobello Road encontramos un ambiente increíble. Nada más llegar, un conjunto de personas se concentraba en torno a un grupo de vocalistas acapella que atraían a los turistas con los últimos hits del mercado. Siguiendo la calle encontraríamos más músicos callejeros que se cuelan entre las tiendas y los puestos de todo tipo. Y es que aquí se puede comprar de todo.



Portobello es el paraíso para los fanáticos de las cosas vintage. Pues en cualquier lugar podrás encontrar asombrosos utensilios llenos de historia. Esto se debe a que la mayoría de los productos que se venden son de los propios vendedores, adquisiciones que han heredado o comprado. Ya que aquí cualquiera puede vender lo que sea. De hecho casi al final del mercado, los propios vecinos bajan sus antiguos muebles para venderlos, como si de un rastro se tratase. 
Esta larguísima calle comercial esconde infinitos cachivaches de todo tipo. Verdaderas antigüedades como son joyas, ropa, cámaras fotográficas, pipas, carteras, relojes, mobiliario, cuadros, documentos históricos, juguetes antiguos, etcétera. Un sin fin de maravillas ocultas bajo el polvo y los años.


Antes habíamos comentado que Notting Hill ha sido escenario de alguna que otra película. La más conocida es la que lleva su mismo nombre, protagonizada por Hugh Grant y Julia Roberts. 
Él tiene una librería de guías de viaje y ella es una afamada actriz internacional. Ambos se conocen en las calles de este barrio y entablan una relación. Si todavía no la has visto te la recomiendo jaja
Pues como buenos fans de la película no quisimos perdernos algunas escenografías del filme, como la librería o la casa del protagonista, reconocible por su puerta de color azul.

 142 Portobello Rd

282 Westbourne Park Rd

Puede que no hubieses visto la película, pero seguramente te habías topado cientos de veces con imágenes del barrio en internet.  Algunas de las calles más tranquilas están formadas por casas pintadas de vivos colores que le dan un ambiente muy genuino al barrio. Te invitamos a deambular sin rumbo por algunas zonas de Notting Hill, puedes descubrir rincones preciosos.


De carácter similar es el mercado de Camden Town, también muy bohemio y auténtico. Aunque por desgracia, debido a la falta de tiempo, tuvimos que elegir cuál visitaríamos en este viaje. Conoceremos el otro en nuestra próxima visita a la ciudad.


Cerca de Notting Hill, a unos 20 minutos a pie, está Little Venice. Este distrito recibe este nombre por su conjunto de canales con casas-barco que recuerdan a la ciudad italiana. Pero aunque mucho más pequeño, esta zona desprende tranquilidad y resulta estupenda para pasear si disfrutas de buen tiempo. Las casas que dan a los canales son opulentas viviendas blancas adosadas de estilo Regency. Residencias de clase media-alta que gozan de la calma de los canales. Y para los que dispongan de ingresos más modestos, siempre pueden imaginarse viviendo en un barco. 



Después de este paseo por la orilla de los canales, iba siendo hora de volver hacia nuestro alojamiento, por la tarde tomaríamos el vuelo de vuelta a España.
Cogimos el metro en Warwick Avenue hasta Victoria Station y, comimos en la misma estación. Más concretamente en Wetherspoons, una cadena de pubs muy asequible que nos habían recomendado.


Tras esta comida rápida nos fuimos a recoger las maletas al hotel y, de ahí nos fuimos a tomar el tren hasta el aeropuerto. 
Ha sido un placer volver a Londres. Repetir en una ciudad siempre es grato, pues descubres sitios que ya estaban pero que por falta de tiempo no pudiste conocer, y nuevos lugares que aparecieron desde la última visita. 
A pesar de haber pasado unos diez años entre estos dos viajes, lo cierto es que nuestra próxima escapada a Londres está más cerca de lo que pensábamos y seguramente antes de fin de año volvamos a esta maravillosa ciudad que nos tiene enamorados.