Antes de planificar nuestro viaje no sabíamos que la ciudad griega era de las capitales europeas más grandes. Siendo casi cinco veces más grande que Madrid o doblando en superficie a la mismísima Londres. Es por ello que de primeras pueda resultar imposible conocer los atractivos de Atenas en tan poco tiempo como son 2 o 3 días. La verdad que nosotros también lo creíamos; no obstante, los principales sitios a visitar se concentran mayoritariamente en el centro de la ciudad, por lo que un par de días son suficientes para empaparse de arquitectura, sabiduría y cultura milenaria.
Os invitamos a que descubráis con nosotros esta bella ciudad y conozcáis el itinerario que hicimos para 2-3 días.
Cómo llegar a Atenas desde el aeropuerto
- Autobús Express: hay un total de cuatro líneas que conectan el aeropuerto con otras partes de la ciudad. Las dos líneas más utilizadas son la X95, cuyo destino es la Plaza Sintagma en pleno centro de Atenas (tiempo estimado del trayecto de 70 minutos) y, la línea X96 que llega hasta el puerto de El Pireo (para los interesados en tomar un crucero - tiempo estimado de 90 minutos).
El precio es de 6€ el trayecto. Los mayores de 65 años, estudiantes y niños de entre 6 y 18 años pagan la mitad de precio (3€).
- Metro: es la opción más rápida y por ello la que usamos nosotros. El trayecto entre el aeropuerto y Plaza Sintagma es de 40 minutos aproximadamente. La ventaja de esta opción es que puedes apearte en cualquier estación de la red de metro de la ciudad. Nosotros por ejemplo nos alojábamos en Monastiraki (también en el centro) y nos vino bien tomar el metro porque era la siguiente parada de Plaza Sintagma. Precio 10€/trayecto. Los mayores de 65 años, estudiantes y niños de entre 6 y 18 años pagan la mitad de precio (5€). Menores de 6 años viajan gratis.
- Taxi: Trayecto al centro 38-50€ dependiendo del destino y la hora (por la noche la tarifa es más cara). Tiempo estimado de 25-30 minutos.
Trayecto al puerto de El Pireo 45-60€. Tiempo estimado de 45-50 minutos.
Qué ver en Atenas en 2-3 días
Día 1. Monastiraki, Psyri y el Areópago
Llegamos al aeropuerto de Atenas hacia el mediodía y entre terminales, maletas, metro y demás nos costó como hora y media llegar a nuestro alojamiento en el centro de Atenas. Contratamos un modesto apartamento a través de la página airbnb en el barrio de Psyri. Bastante bien situado, pues era la característica principal que buscamos; estar bien cerca del centro es la clave para no tener que gastar en transporte a diario y así recorrer la ciudad a pie de manera gratuita.
Barrio de Psyri
Dejamos las maletas en el apartamento y nos pusimos a buscar un sitio para comer. Ya era bastante tarde (como las 4 pm) pero los restaurantes en Atenas parecen no tener horario, están tan acostumbrados a los turistas que cualquier hora es buena para comer o cenar jajaja.
Ag. Anargiron, la calle donde nos alojábamos, era bastante animada y ofrecía gran variedad de restaurantes. Así que nos sentamos en una de las terrazas y nos dejamos aconsejar por el camarero sobre qué probar. Nos recomendó el Kokkinisto, que consistía en un plato de cordero con salsa roja. El camarero también nos explicó que el plato era típico de la isla de Creta y, que por lo general, la comida propia de las islas era la más extendida y deliciosa. Así que no dudamos y arriesgamos. La verdad que con suerte pues el plato estaba buenísimo.
Los restaurantes no son, en su mayoría, caros. Los platos vienen a ser en torno a 8-12€ y la bebida cuesta tanto como en España. Eso sí, el agua es gratis por lo que es un punto a favor.
Tras haber llenado nuestros estómagos, nos disponemos a caminar dirección sur hacia la Plaza Monastiraki. Sin lugar a dudas ésta es la zona más animada y con más ambiente de la ciudad. Como si hablásemos de la Puerta del Sol en Madrid o Times Square en Nueva York.
Se trata de un lugar donde conviven atenienses y turistas, entre puestos de ropa, cerámica, souvenirs, frutas y verduras, etcétera. Una plaza llena de caos que refleja tal cual la esencia de la capital griega. En ella destacan la iglesia ortodoxa de la Asunción de la Virgen y la Mezquita Tzistarakis.
Yendo en dirección sur, tras la mezquita, encontramos la Biblioteca de Adriano, que albergaba en su día la colección de libros del emperador.
Al igual que la biblioteca, a lo largo del centro hay más edificios históricos con 2000 años de antigüedad, de los cuales muchas veces solamente se conservan pocos restos. Aunque creemos que visitar todos merece la pena para poder imaginarse la grandiosidad de estos edificios.
Existe la posibilidad de comprar las entradas de los mismos por separado; sin embargo, nuestra recomendación es que adquiráis el ticket combinado que te permite conocer todos ellos.
¿Qué sitios incluye el billete combinado? Acrópolis, Ágora Antigua, Ágora romana, Teatro de Dionisio, Kerameikos, Templo de Zeus Olímpico y la Biblioteca de Adriano.
¿Qué sitios incluye el billete combinado? Acrópolis, Ágora Antigua, Ágora romana, Teatro de Dionisio, Kerameikos, Templo de Zeus Olímpico y la Biblioteca de Adriano.
Entrada Combinada Adultos: 30€
Entrada Combinada Estudiantes (no UE): 15€
Entrada para niños y estudiantes de la UE: Gratis (se adquiere por separado)
Entrada para niños y estudiantes de la UE: Gratis (se adquiere por separado)
En apenas unos metros encontramos los restos de la Biblioteca de Panteno y del Ágora Romana
Biblioteca de Panteno
Ágora Romana
El Ágora romana, conocida también como el Foro romano, era el centro neurálgico de Atenas. El lugar donde se reunían los ciudadanos pues allí se ubicaba el mercado, los comercios principales y los baños públicos. Entre restos destaca la Torre de los Vientos, que hizo las veces de reloj público y que años más tarde se convertiría en capilla.
Ascendiendo por la calle Dioskouron se llega a un paseo arbolado que conduce hasta el Areópago. Esta colina situada al noroeste del Acrópolis ofrece unas vistas de vértigo hacia la ciudad. Una panorámica impresionante que bien vale la pena descubrir. Sobretodo recomendamos, si podéis, acercaros al atardecer. Las puestas de sol son espectaculares y el ambiente que hay en la colina es placentero, lleno de parejas e incluso, si tienes suerte, música en vivo.
Venid con calzado cómodo y deportivo, pues las rocas de la colina son bastante resbaladizas y hay peligro de caída.
El Areópago recibió ese nombre en honor al Dios Ares, que según cuenta la leyenda, la colina fue el lugar donde se le juzgó por el asesinato de Alirrothios, hijo de Poseidón. Y por ello, se escogió este emplazamiento para llevar a cabo los juicios de asesinos durante la época de la Antigua Grecia.
A pesar de la historia que tiene detrás, hoy en día es una atracción más, llena de turistas que quieren disfrutar de la puesta de sol y de la ciudad al anochecer.
Iglesia Panaghia Kapnikarea (calle Ermou)
Ascendiendo por la calle Dioskouron se llega a un paseo arbolado que conduce hasta el Areópago. Esta colina situada al noroeste del Acrópolis ofrece unas vistas de vértigo hacia la ciudad. Una panorámica impresionante que bien vale la pena descubrir. Sobretodo recomendamos, si podéis, acercaros al atardecer. Las puestas de sol son espectaculares y el ambiente que hay en la colina es placentero, lleno de parejas e incluso, si tienes suerte, música en vivo.
Venid con calzado cómodo y deportivo, pues las rocas de la colina son bastante resbaladizas y hay peligro de caída.
El Areópago recibió ese nombre en honor al Dios Ares, que según cuenta la leyenda, la colina fue el lugar donde se le juzgó por el asesinato de Alirrothios, hijo de Poseidón. Y por ello, se escogió este emplazamiento para llevar a cabo los juicios de asesinos durante la época de la Antigua Grecia.
A pesar de la historia que tiene detrás, hoy en día es una atracción más, llena de turistas que quieren disfrutar de la puesta de sol y de la ciudad al anochecer.
Se nos hizo tarde contemplando todos los ángulos de la colina y finalmente descendimos hacia la Plaza Monastiraki. Justo antes de llegar se abre a mano izquierda la calle peatonal Adrianou, llena de restaurantes. Sin duda de las mejores calles para cenar.
Nos convenció el restaurante Kotili por su encantador patio y decidimos probar. La carta era amplia y variada, llena de platos griegos y mediterráneos en general. Fue de las mejores cenas que disfrutamos en Grecia porque en el patio había música en directo, además algunos comensales se atrevieron incluso a salir a bailar. Una experiencia de película jajaja
Día 2. Acrópolis, Templo de Zeus Olímpico, Plaka, Plaza Sintagma y Monte Licabeto
Hoy nos espera un día intenso, por lo que nos guste o no, toca madrugar.
De muchos he sabido que el mejor momento para visitar el Acrópolis es a primera hora de la mañana. Se trata del sitio más visitado de la ciudad y con las horas se va llenando más y más de turistas. Es por eso que quisimos colocarlo en primera posición de la lista de cosas qué hacer y, tras desayunar, nos fuimos hacia allá.
La conocida como "ciudad alta" cumplía en la antigüedad una función defensiva y cultural. Estaba compuesta por varios templos y edificios de los cuales quedan en pie algunas partes.
El edificio de mayor envergadura que preside el conjunto es el Partenón, el templo por excelencia, con más de 2500 años de historia, símbolo de la ciudad de Atenas. Por desgracia parte del edificio está continuamente en obras para hacer posible su conservación.
Partenon
Propileos, entrada al Acrópolis
Templo de Atenea Niké, conocido con este nombre porque en su interior había una escultura de la misma, símbolo lo de la victoria por el vencimiento de los atenienses a los persas
Erecteion, templo archifamoso por la columnata de apariencia femenina, las cariátides. Éstas son unas réplicas pues las originales son albergadas por el Museo del Acrópolis que veremos a continuación
Descendiendo la colina dirección al museo nos encontramos con el Teatro Odeón de Herodes Ático, un enorme edificio sede de audiciones musicales y actuaciones teatrales. Pero lo mejor de todo, que me fascinó, es que se le sigue dando utilidad y, no es un simple resto histórico de "mírame y no me toques"
A los pies del monte está el Museo del Acrópolis, un imprescindible museo enfocado en la preservación y exposición de los restos encontrados en la Ciudad Alta. La entrada a éste no está incluida en el ticket combinado. Por lo que es necesario comprar una entrada separada.
Adultos: 5€
Estudiantes no UE: 3€
Estudiantes UE: Gratis
Una vez visitamos las obras del museo nos acercamos al Templo de Zeus Olímpico, algo decepcionante después de venir del Acrópolis, pero al estar incluido en el billete combinado no quisimos perdérnoslo.
Era hora de comer, por lo que quisimos acercarnos al barrio de Plaka, al norte del Acrópolis, pues dicen es el barrio más pintoresco de la ciudad y de los mejores para comer. Los restaurantes y las tiendas de souvenirs han colonizado cada rincón de Plaka. De hecho es fácil hasta encontrarse cafeterías que aprovechan las escaleras que salvan los distintos desniveles de la zona.
Perdidos en este laberinto de callejuelas quisimos probar uno de los platos más típicos de la cocina griega, la Moussaka. Se trata de una comida muy parecida a la lasaña que consiste en una serie de capas de carne picada, berenjena y tomate, cubierto con bechamel y cocinado en el horno. Si venís hasta Grecia debéis pedirla sin lugar a duda. Nosotros la degustamos en el Sissifos, que cuenta con una terraza en la azotea desde la que se puede disfrutar de la comida y unas vistas impresionantes.
Entre las calles de Plaka aparece uno en Anafiotika, un encantador barrio de casas de una planta pintadas de blanco y azul que recuerdan a los pueblos de las islas griegas. Este vecindario tomó esta apariencia isleña debido a que los albañiles que lo construyeron, originarios de Anafi (islas Cícladas), añoraban su tierra y decidieron crear esta zona a su misma imagen y semejanza.
Un conjunto de tranquilas callejuelas que esconden fotografías de postal y, donde se respira una paz que te hace olvidar que estás en una gran urbe.
La verdad que calles tan vacías de turistas no son fáciles de encontrar. Y de este placentero vecindario pasamos de nuevo al caos de Monastiraki.
Al noreste de la plaza nace Ermou, la calle comercial por excelencia, donde encontrarás tiendas de todas las marcas internacionales. Una calle peatonal de casi un kilómetro que muere en Plaza Sintagma. Otro de los centros de reunión de turistas y atenienses. La plaza alberga la sede del Parlamento Griego y, turistada obligatoria es asistir al cambio de guardia que se hace a cada hora en punto frente a él.
No muy lejos de Plaza Sintagma queda el Monte Licabeto. Nuestra meta para este fin de día es contemplar la puesta de sol desde su cumbre. Se ha convertido en todo un reclamo turístico y por ello podemos subir fácilmente en funicular (ida 5€, ida y vuelta 7,5€). Además arriba hay varias cafeterías por si te entra el hambre esperando a que el sol se ponga jajaja.
El funicular parte desde la calle Aristippou 1. Por supuesto existe la forma de subir andando, totalmente gratuita, lo que pasa que después de ascender el Acrópolis por la mañana y, subir y bajar las calles de Plaka nos ha cansado bastante. Por lo que no nos importa desembolsar el dinero y llegar a la cima sin sudar ni gota.
¡Qué hermoso atardecer desde lo alto del monte Licabeto!
Una pena que el día que fuimos no estaba el cielo totalmente claro y la zona portuaria se veía con algo de dificultad. Pero poder ver el Acrópolis dominando la ciudad, con el mar de fondo, es maravilloso. Muy recomendable.
Para cenar volvimos a la zona de Monastiraki ya que nuestro alojamiento queda muy cerquita. Buscando en tripadvisor encontramos Gyristoula, un restaurante al final de la calle Adrianou muy famoso por sus Gyros. Este es otro de los platos típicos de Grecia. Se sirve normalmente como en pinchos morunos o en pan de pita. Se asemeja bastante al Döner Kebab. El gyros común suele venir con carne, tomate, cebolla, patatas fritas y tzatziki. Muy bueno y barato. Puedes encontrarlo en muchos restaurantes de la ciudad por tan solo 2-3€. Si te quedas con hambre pídete de postre la Baklava. Aunque sea originariamente turco, en Grecia se ha extendido por todas partes como si fuera autóctono del país. Este pastel hecho con láminas de hojaldre puede llevar una pasta de nueces o pistachos y, normalmente se baña en miel. Una explosión de dulzor jajaja
Día 3. Ágora antigua, Stavros Niarchos Foundation
La noche anterior habíamos cenado en Adrianou, justo la calle desde la que se accede al Ágora antigua. Lo que ocurría es que estaba cerrada. Mirad los horarios siempre antes de ir porque muchos templos cierran bastante pronto, como a las 15-16h. Así que fuimos temprano y la pudimos recorrer casi solos, sin prácticamente turistas.
Este Ágora es mucho más extensa que la romana. Pero lo mejor de todo, que me encantó, fue poder ver en directo como un profesor daba clase de historia a sus alumnos en el mismísimo Ágora. Qué maravilla poder dar una clase en ese mismo lugar del que estás hablando.
Sí que es verdad que la ciudad estaba llena de estudiantes (franceses, estadounidenses, italianos, etc) que habían viajado hasta Grecia en viajes escolares para estudiar la historia, cultura y arte del país. No hay mejor manera de aprender!
Una vez visto el ágora fuimos hasta la Plaza Sintagma. Desde aquí parte un autobús gratuito que te lleva al centro cultural Stavros Niarchos. Un edificio moderno frente al puerto de El Pireo, que al saber que había sido recientemente inaugurado de la mano del arquitecto Renzo Piano, no pudimos no dejar de ir a verlo.
Para los amantes de la arquitectura creo que vale la pena ir a conocerlo. Organizan tours gratuitos donde explican las diferentes salas y el proceso constructivo del edificio.
Para los no tan amantes de la arquitectura, es un buen lugar para leer, pasear y acercarse al puerto desde el que parten la mayoría de cruceros.
Hecho el tour por el edificio tomamos de nuevo el mini-bus de la fundación que nos dejaría en Plaza Sintagma.
El estómago empezaba a dar señales de vida por lo que buscamos un sitio para comer entre Plaza Sintagma y Monastiraki.
Nos recomendaron que fueramos a O Thanasis, en la calle Mitropoleos. Ésta junto con su paralela Pandrossou son dos calles comerciales llenas de restaurantes y tiendas que nos recordaron a las callejuelas de los zocos.
El estómago empezaba a dar señales de vida por lo que buscamos un sitio para comer entre Plaza Sintagma y Monastiraki.
Nos recomendaron que fueramos a O Thanasis, en la calle Mitropoleos. Ésta junto con su paralela Pandrossou son dos calles comerciales llenas de restaurantes y tiendas que nos recordaron a las callejuelas de los zocos.
El restaurante era bastante grande y contaba con una gran variedad de platos de la cocina griega. De hecho si aún te ha quedado por probar la Moussaka, el Gryros, el tzatziki o alguna ensalada con queso Feta, este es tu momento. Porque el viaje a Atenas ha llegado a su fin y tras la comida debemos tomar el metro hacia el aeropuerto.
Esta corta pero intensa estancia en tierras griegas nos ha descubierto un país que desconocíamos y que tiene mucho que ofrecer. Nos hubiera gustado haber disfrutado de más ciudades de la penínula y, me quedo con las ganas de volver para visitar Meteora. Pero sobretodo sé que volveré porque islas griegas se merece un viaje aparte. La película de Mamma Mia nos abrió un paraíso de la naturaleza, con pueblos encantadores y playas impresionantes. Así que, sin lugar a dudas, regresaremos.
ευχαριστώ Grecia