Os invitamos a que viajéis hasta Roma, una de las ciudades con más historia del mundo. Conocida como la "Ciudad Eterna" por ser una urbe donde el paso del tiempo parece no haber afectado, manteniendo la belleza que tuvo en su momento de máximo esplendor.
Roma está desbordada de monumentos e impresionantes edificios históricos, plazas con encanto donde poder descansar, tomarse un buen café, degustar la pasta y los helados o, refrescarse con sus fuentes centenarias.
Queremos mostraros el itinerario que seguimos en nuestro viaje a Roma de 3 días, para que sirva como guía y os ayude a planificar vuestra próxima escapada a la capital italiana. ¿Nos acompañáis?
Cómo llegar a Roma
La mayoría de turistas que llegan a Roma lo hacen a través de sus dos aeropuertos: Fiumicino y Ciampino. El primero es el más grande y el segundo es al que llegan las compañías low cost. Pero no os preocupéis, ambos están muy bien comunicados con el centro de la ciudad.
Aeropuerto Fiumicino:
- Tren Leonardo Express: es la opción más rápida para llegar a Roma Termini (la estación de trenes). Tiempo: 30 min. Precio: 14€ el trayecto
- Taxi: Tiempo: 30-40 min. Precio: sobre 50€
- Bus Terravision: opción económica. Tiempo: 55 min. Precio: 6€ trayecto, 11€ i/v
Aeropuerto Ciampino:
- Bus Terravision: opción económica. Tiempo: 40 min. Precio: 6€ trayecto. Puedes encontrar descuentos si los compras online de antemano.
- Taxi: Tiempo: 30 min. Precio: 30€
Otras formas de llegar a Roma:
- Tren: Roma está en el centro de Italia y es de fácil acceso desde otras ciudades italianas. Los trenes en Italia son excelentes y a precios estándares.
- Roma-Nápoles: 1 h 10 min
- Roma-Bolonia: 2 h 15 min
- Roma-Milán: 3 h 25 min
- Roma-Venecia: 3 h 50 min
- Puerto de Civitavecchia: desde hace muchos años es el puerto de llegada de los cruceros que pasan por Roma. Para llegar hasta el centro lo mejor es tomar el tren en la estación principal de Civitavecchia. Tiempo: entre 40 y 80 min (depende del tren que toméis). Precio: 9-15€
Cosas que visitar en Roma
Día 1. Coliseo - Foro - Piazza del Campidoglio - Monumento a Vittorio Emmanuelle II - Trastevere - Gianicolo - Campo dei Fiori
Aterrizamos sobre las ocho y algo en el aeropuerto de Ciampino. Tomamos el autobús hasta la estación central de trenes y fuimos a nuestro hotel a dejar las maletas en consigna (todavía era muy pronto para hacer el check-in)
Serían sobre las 10 cuando nos dispusimos a comenzar nuestra jornada de "turisteo" por Roma.
El hotel que habíamos escogido para este viaje quedaba cerca de Roma Termini, por lo que decidimos llegar hasta el Coliseo, nuestro primer punto del día, en metro. Está a tan solo dos paradas tomando la línea 1 (azul).
Nada más salir de la boca de metro nos impresiona la majestuosidad del Coliseo, es un edificio enorme masificado de turistas. El hecho de haber sido declarado una de las 7 maravillas del mundo moderno hace que sea de las atracciones más visitadas del planeta. Es por eso por lo que se forman largas colas de espera para entrar a visitarlo. Fácilmente puedes tirarte 2 horas de cola bajo el sol y eso no lo soporta cualquiera. Así que aquí os contaré lo que hicimos nosotros.
!CONSEJO: Comprad las entradas de manera online.
Pagando un suplemento de 2€ por persona (no es gran cosa) te puedes ahorrar más de 2 horas de cola. En la entrada del Coliseo te desviarán a una taquilla para reservas online, evitando las colas de las taquillas normales. Nosotros así lo hicimos y nos ahorramos mucho tiempo.
El Coliseo es el anfiteatro más grande del Imperio Romano, un edificio de enormes dimensiones con 2000 años de antigüedad, donde tenían lugar las ejecuciones de prisioneros, batallas de gladiadores y espectáculos con animales salvajes.
Precio de la entrada
Adultos: 12€
Estudiantes: 7,5€
Menores de 18 años: Gratis
Ticket online: + 2€ por persona
La misma entrada al Coliseo permite visitar el Foro Romano y el Palatino. Estos dos están junto al Coliseo. También frente al anfiteatro destaca el Arco del Triunfo de Constantino
Tras la visita del Coliseo cruzamos a ver el Foro, centro neurálgico de la Antigua Roma, donde se desarrollaba la vida social, religiosa, cultural y económica de la ciudad.
Muchos pensarán que todo aquello es un cúmulo de rocas, pues la mayoría del Foro está en ruinas, pero habiendo pagado la entrada en el Coliseo bien vale la pena pasear por el Foro e imaginárselo todo reconstruido como era hace 20 siglos. Además nos viene de perlas para continuar el recorrido de nuestro primer día en Roma.
Basílica de Majencio y Constantino
Templo de Antonio y Faustina
En el Foro anduvimos toda la Via Sacra contemplando los edificios y restos que allí quedaban. Al terminar, en lugar de volver por donde habíamos venido, salimos ascendiendo unas escaleras a la parte sur del entorno que dan a la Via Foro Romano. Al girar la calle está la cuesta de Via Monte Tarpeo, que tiene al final uno de los mejores miradores del Foro.
La calle que queda detrás del mirador, Via del Campidoglio, lleva a la plaza del mismo nombre. Está plaza, situada en la colina Capitolina, fue obra de Miguel Ángel. En ella destaca el Palazzo Senatorio y a los lados otros edificios que conforman los Museos Capitolinos. Nosotros no los visitamos por falta de tiempo pero son una buena opción si dispones de más días.
Precio Museos Capitolinos
Adultos: 14€
Estudiantes: 12€
Menores de 18 años: Gratis
Desdendiendo la Cordonata Capitolina, una extensa escalinata que muere en la Plaza del Campidoglio, llegamos a la plaza con más tráfico rodado de Roma, Piazza Venezia. En la plaza llama la atención un enorme edificio de mármol blanco, el Monumento a Víctor Manuel II. Se trata de un templo que honra al primer rey de Italia y a los soldados de la primera guerra mundial.
El edificio no pasa desapercibido y, debido a su claridad material, es treméndamente odiado por los romanos. De hecho lo llaman Zuppa Inglese, refiriéndose a un pastel de nata por su blancura.
Bajando Via del Teatro di Marcello se llega, como indica la calle, al Teatro de Marcello. Éste sirvió como modelo para la construcción del Coliseo y es conocido como su hermano menor por su tamaño.
Justo en la parte opuesta del Teatro de Marcello está la Isola Tiberina, una pequeña isla en el río Tíber. Decidimos cruzarla de camino al barrio de Trastevere, donde teníamos pensado comer.
Sin lugar a dudas, el barrio de Trastevere es una parada a visitar en tu viaje a Roma. Habíamos oído hablar maravillas y no nos decepcionó. Todo el mundo dice que la mejor pizza de Roma la encuentras en los restaurantes del Trastevere y, yo no sé si será por el ambiente, pero para nosotros es cierto.
El barrio está formado por estrechas calles empedradas, llenas de restaurantes, heladerías y tiendas, con algunas plazas e iglesias medievales que te trasladarán como a un pueblo en mitad de la ciudad.
Piazza di Santa Maria
Esta plaza es el centro del barrio y de la que parten las calles principales. En la misma plaza está la Basílica de Santa Maria de Trastevere.
El ambiente que hay es tranquilo y agradable, perfecto para desconectar del estrés de la ciudad. Nosotros recomendamos ir a uno de sus restaurantes para comer, nosotros lo hicimos en Aristocampo y muy bueno calidad-precio. Después deambulamos sin rumbo por las callejuelas en busca de la mejor estampa.
Subiendo la colina que queda al este del Trastevere hay un convento donde está la Real Academia Española, que cuenta con una joya arquitectónica en su interior, la iglesia de San Pietro in Montorio. Un templete hecho por Bramante en el Cinquecento.
Subiendo la Via Garibaldi se llega a una de las fuentes más grandes de la ciudad, la Fontana dell' Acqua Paola.
Justo aquí nace la Passeggiata del Gianicolo, un paseo que asciende hasta lo alto del monte Gianicolo. Un lugar con hermosas vistas de Roma para disfrutar de la caída del sol.
Viendo que las horas pasaban volando decidimos volver hacia el centro. De camino, antes de tomar el autobús para ir al hotel, pasamos por Campo dei Fiori. Una plaza famosa por su mercado diurno y por los restaurantes y terrazas que hay. Perfecta para buscar un sitio para cenar.
Día 2. Ciudad del Vaticano - Castello di Sant'Angelo - Piazza Navona - Panteon - Fontana di Trevi - Piazza di Spagna
Amanece soleado el día del Señor. Hoy es domingo y, como teníamos ya pensado, pasaríamos la mañana en Ciudad del Vaticano para asistir a la oración del Angelus del Papa. Tomamos en Termini la linea de metro marrón hasta la parada Ottaviano (la más próxima al Vaticano)
Para cuando llegamos a la Plaza de San Pedro nos llevamos una sorpresa. La plaza estaba llena de sillas y nos informaron de que el Papa no haría el Angelus. En su lugar daría una misa en medio de la plaza.
Como apenas quedaba una media hora para que empezara el acto, decidimos tomar asiento y esperar a que tuviera lugar la ceremonia.
La misa no se nos hizo larga, hasta hicieron varias lecturas en diversos idiomas (incluido el español). Lo único más sofocante fue el agobiante sol que pegaba aquella mañana de Pascua.
Si estás en el Vaticano no puedes dejar de visitar el interior de la Basílica de San Pedro, te impresionará la gran altura del edificio y, si te atreves, te invito a que subas a lo más alto de la cúpula para tener una de las mejores vistas de Roma.
La Piedad de Miguel Angel
La entrada a la Basílica es gratuita, mientras que la subida a la cúpula es de pago. Existen dos maneras de hacerlo.
- Subiendo totalmente a pie: Son 551 escalones. Lo que vendrían siendo unas 33 plantas. Precio: 8€
- Subiendo en ascensor + a pie: Ascensor hasta el inicio de la cúpula y 320 escalones a pie. Precio: 10€
Centro de Roma
Vista de los Museos Vaticanos que visitaríamos con calma el próximo día
Tras la panorámica desde la cúpula atravesamos Via della Conciliazione hasta el Castillo de Sant'Angelo, una fortaleza junto al río Tíber. Como curiosidad, se hizo un corredor amurallado que uniese Sant'Angelo con el Vaticano para que sirviera como vía de escape para el Papa en situación de peligro.
Precio entrada al Castelo
Adultos: 10,5€
Estudiantes: 7€
Menores de 18 años: Gratis
Puede que esta imagen última os suene de algo. Si sois aficionados del cine debéis saber que aquí se rodaron algunas escenas de Ángeles y Demonios, de la saga del Código Da Vinci.
Aunque la joya de la fortaleza es sin duda la vista desde la parte superior. Tiene incluso un restaurante para poder comer con vistas, eso sí, seguramente no sea muy económico.
Nosotros nos conformamos con cualquier cosa para comer, es por eso que dejamos atrás los lujos y nos disponemos a buscar un restaurante en el centro (cruzando el río)
Columna de Marco Aurelio
Fontana di Trevi
Panteon
Galería de los Tapices
Aunque la joya de la fortaleza es sin duda la vista desde la parte superior. Tiene incluso un restaurante para poder comer con vistas, eso sí, seguramente no sea muy económico.
Nosotros nos conformamos con cualquier cosa para comer, es por eso que dejamos atrás los lujos y nos disponemos a buscar un restaurante en el centro (cruzando el río)
En apenas unos minutos está la Plaza Navona, de las más grandes y bellas de Roma. Con infinidad de restaurantes donde poder comer.
Pensamos que quizás en alguna de las calles circundantes sería más barato que en la misma plaza. Así que nos quedamos en Via di Santa Maria dell'Anima (paralela a Piazza Navona) pues había varios sitios para comer y a la sombra.
No es difícil de adivinar el plato estrella del país, la PASTA. Está en todas partes, tanto si eres de restaurante normal, de lujo o take away. Los penne (macarrones), spaghetti, lasagna, cannelloni, risotto, pizza no faltarán en tu día a día. Lo bueno es que al haber multitud de platos puedes probar cada día uno.
Una vez lleno el estómago entramos a ver la Plaza Navona, llena de ambiente y animada por pintores, músicos, vendedores ambulantes y turistas
Cerca de la plaza está la Iglesia de San Luis de los Franceses, una iglesia de estilo barroco que cuenta con una capilla con obras de Caravaggio
Siguiendo la misma Via Giustiniani se llega a la Piazza della Rotonda donde está el Panteon, un templo famoso por ser el edificio mejor conservado de la Antigua Roma. En su interior destaca la tumba del pintor Rafael, entre otras, y el óculo de la cúpula que permite la entrada de luz.
La entrada es gratuita
Al sur del Panteon encontramos Il Gesú, una de las iglesias más bonitas de Roma. La bóveda de la nave principal es toda una obra de arte que bien merece ser vista.
Roma es una ciudad llena de iglesias, encontrarás una mires donde mires, a cual más bonita y opulenta. Como si de catedrales se tratase.
Y es que Roma es la ciudad del arte. Claro ejemplo es la infinidad de fuentes y esculturas que hay repartidas por toda la capital. La más famosa y fotografiada, la Fontana di Trevi, es una exuberante fuente conocida por ser de las más hermosas del mundo. Nadie puede venir a Roma y no ir a verla.
Templo de Adriano (junto a Fontana di Trevi)
Fontana di Trevi
Es la atracción más visitada. Cosa que hace que resulte casi imposible hacerse una foto decente en ella. Para ello lo mejor es ir a primeras horas del día o bien muy entrada la noche.
La tradición es tirar monedas en la fuente. Si tiras una moneda volverás a Roma, si tiras dos encontrarás el amor, si tiras una tercera te casarás con esa persona que conociste.
No sé si será cierto o no pues mi deseo aún no se ha cumplido. Lo que sí es verdad es el dineral que recaudan los italianos con el tema de las monedas. Más de 1,5 millones de euros anuales. Algo que me parece estupendo es que ese dinero se destine a ONG's en lugar de llegar a los bolsillos de algún que otro político corrupto.
Dejando atrás temas que no vienen al caso, continuamos nuestra ruta por el centro de Roma. Si todavía no habéis comprado ningún souvenir este es vuestro momento. Toda la zona está llena de tiendas de recuerdos para que lleves a amigos y familiares. Y así puedes entretenerte de camino al siguiente punto, Plaza de España.
La Piazza di Spagna es de las plazas más famosas de Roma. En parte por su aparición en películas como "Vacaciones en Roma" donde Audrey Hepburn tomaba un helado en la escalinata de la plaza o, sirviendo como escenario para desfiles de moda
Frente a la plaza está Via dei Condotti, la calle con más tiendas de lujo de Roma, lo que vendría a ser la 5ª avenida de Nueva York. Si tu cartera te lo permite date un caprichito en alguna de sus tiendas. Si por el contrario eres de los nuestros, hay que conformarse con ojear y pasear haciendo tiempo hasta el anochecer. La plaza de noche cambia de color manteniendo ese ambiente de reunión y punto de encuentro de italianos y turistas.
Bien vale la pena dedicarle al centro de Roma una visita nocturna, para conocer los rincones que hemos visto, esta vez de noche.
Fontana di Trevi
Templo de Adriano
Piazza Navona
Durante tu recorrido nocturno seguramente se te haga la hora de cenar. Perfecto, pues la oferta de restaurantes en la noche romana es extensa. Todas las calles del centro que van uniendo las principales atracciones están a rebosar de restaurantes. Además ya no hay que ir con el miedo de si en la terraza pegará el sol o hará calor. Es la mejor hora para sentarse en el exterior de un restaurante, disfrutar de una cena con vistas a algún monumento iluminado y pensar en La Dolce Vitta.
Día 3. Villa Borghese - Piazza del Popolo - Museos Vaticanos
Se despierta el cielo gris sobre la ciudad de Roma. No todo iba a ser estupendo, aunque no nos vamos a quejar que de momento no nos llueve.
Al norte de la Plaza de España nos quedaron un par de lugares que son bonitos de ver: Villa Borghese, el pulmón verde de Roma. Un gran parque urbano lleno de vegetación, lagos y monumentos donde poder resguardarse del asfixiante calor del verano italiano. Las vistas desde el mismo son increíbles y puede verse hasta la cúpula de San Pedro. Una pena que nos hiciera tan mal tiempo cuando estuvimos.
El otro lugar que nos quedó está a los pies del parque. La Piazza del Popolo, llamada así por el obelisco que preside la plaza y que esta custodiado por dos iglesias gemelas, Santa Maria dei Miracoli y Santa Maria in Montesanto.
Por desgracia, en este momento nos empezó a llover y tuvimos que resguardarnos por un rato. Primero estuvimos un tiempo dentro de la iglesia de la derecha, Santa Maria dei Miracoli, que era visitable. Después, como vimos que la lluvia no menguaba, fuimos a una cafetería a almorzar y así pasar el tiempo a cubierto.
El agua parecía no darnos tregua, así que nos armamos de valor y nos fuimos hasta el metro más cercano para ir hasta los Museos Vaticanos, donde teníamos la visita reservada para el mediodía.
La parada de metro que utilizamos fue Flaminio, que quedaba a dos paradas de Ottaviano, la más próxima al Vaticano.
Al llegar a la entrada del museo no os podéis imaginar la gran cola que había. Una interminable fila de cientos de metros que casi daba la vuelta al edificio y, encima cayendo la que caía.
Menos mal que habíamos comprado nuestra entrada con antelación y de manera online. Al igual que en el coliseo estas entradas también nos salvaron de una buena espera.
!CONSEJO: la mejor opción es comprar tu entrada con antelación y ahorrarte largas colas para entrar. Únicamente pagando 4€ extra por persona evitas tiempo de esperas bajo la lluvia, como en nuestro caso. Compra tu entrada aquí
Capilla Sixtina
Galería de los Tapices
Escalera de Bramante
Visitar los Museos Vaticanos lleva su tiempo. Primero porque son enormes y segundo por las aglomeraciones de personas que se forman. Resulta imposible realizar el recorrido a buen ritmo. Espero que esto solamente sucediera porque el día que fuimos llovía y a todo el mundo se le ocurrió ir para resguardarse de la lluvia.
Aquí terminaba nuestra estancia en Roma. Una corta pero bella escapada a la Ciudad Eterna. Nuestro vuelo saldría el día siguiente por la tarde desde Nápoles y, como queríamos aprovechar y conocer también parte de esta urbe, abandonamos Roma el tercer día del viaje para trasladarnos por una noche a Napoli.
El trayecto entre ambas ciudades lo hicimos en tren, como habréis visto más arriba, Nápoles está a tan solo hora y poco desde Roma. Así que para las seis y algo/siete de la tarde ya estábamos paseando por las calles de esta caótica ciudad.
Nos buscamos un hotel para una noche en la misma calle principal, Via Toledo. La calle más comercial y ajetreada de toda Nápoles. Por suerte nuestra habitación daba a un patio interior y no tuvimos ningún problema de ruidos.
Justo al lado de la plaza quedan los jardines Molosiglio, un lugar perfecto para divisar a lo lejos el Monte Vesubio. Un volcán activo situado frente a la bahía de Nápoles y, que es conocido por sepultar Pompeya bajo un mar de lava en el 79 d.C.
Tanto Pompeya como la isla de Capri son visitas obligatorias si venís unos días a Nápoles. Como comprenderéis nosotros no estuvimos ni 24 horas en la ciudad por lo que decidimos dejarlo para otra ocasión.
Ya de vuelta a Via Toledo para buscar un sitio donde cenar, acortamos por la Galleria Umberto I, que recuerda modestamente a las galerías de Milán.
Cenamos estupendamente y muy barato (en comparación con Roma) en un restaurante de la Piazza Carità, no recuerdo el nombre pero la plaza está llena de restaurantes de todos los gustos.
Tras la cena nos fuimos al centro histórico para disfrutar del ambiente y verlo iluminado de noche
Andando por Via Tribunalli pasaréis por las principales atracciones turísticas. De las más interesantes es la Nápoles Subterránea. Se trata de un laberinto de túneles y galerías bajo el mismo centro histórico, donde podrás viajar en el tiempo contemplando los restos arqueológicos de la ciudad.
Aquí terminaba nuestra estancia en Roma. Una corta pero bella escapada a la Ciudad Eterna. Nuestro vuelo saldría el día siguiente por la tarde desde Nápoles y, como queríamos aprovechar y conocer también parte de esta urbe, abandonamos Roma el tercer día del viaje para trasladarnos por una noche a Napoli.
El trayecto entre ambas ciudades lo hicimos en tren, como habréis visto más arriba, Nápoles está a tan solo hora y poco desde Roma. Así que para las seis y algo/siete de la tarde ya estábamos paseando por las calles de esta caótica ciudad.
Nos buscamos un hotel para una noche en la misma calle principal, Via Toledo. La calle más comercial y ajetreada de toda Nápoles. Por suerte nuestra habitación daba a un patio interior y no tuvimos ningún problema de ruidos.
Tras hacer el check in lo primero que hacemos es bajarnos a patear las calles para ver los monumentos de la ciudad al anochecer.
Hicimos todo el recorrido de Via Toledo dirección sur hasta la Plaza del Plebiscito. Una de las plazas más grandes de la ciudad donde está el palacio real.
Tanto Pompeya como la isla de Capri son visitas obligatorias si venís unos días a Nápoles. Como comprenderéis nosotros no estuvimos ni 24 horas en la ciudad por lo que decidimos dejarlo para otra ocasión.
Siguiendo lo que es el puerto marítimo verás Castel Nuovo, una fortaleza medieval. En su interior se puede visitar el museo de arte cívico
Tras la cena nos fuimos al centro histórico para disfrutar del ambiente y verlo iluminado de noche
Catedral Santa Maria Assunta
Ya habiendo bajado la comida y pateado lo suficiente, nos dispusimos a volver al hotel para dormir, el día siguiente sería nuestro último en Italia y había que aprovecharlo con las pilas bien cargadas.
Día 4. Centro de Nápoles - Vuelta a casa
Por la mañana decidimos descubrir en Via Toledo el mejor lugar para desayunar y, lo encontramos en la Caffetteria Daniele, cerca de la Piazza Sette Setembre.
Después de un delicioso café ponemos rumbo dirección norte para adentrarnos en el casco antiguo.
Piazza Dante
Una vez atraviesas Port'Alba, en la misma plaza Dante, te sumerges en un entramado de calles estrechas, oscuras y deterioradas que conforman el centro de la ciudad.
La gente ama u odia Nápoles. Dicen que tiene un ambiente gris y sucio que queda a años luz de otras ciudades del país, como Roma, Florencia o Venecia, conocidas en el mundo entero por su belleza urbana.
Cierto es que el centro de Nápoles está muy descuidado y con casi todo por rehabilitar. Pero también es verdad que hay mucha gente que eso le va. Que los edificios se muestren inalterados y reales. Que el hecho de no ser una ciudad tan turística como las otras, hace que sea más tranquila y placentera de recorrer.
Siguiendo la calle encontraremos decenas de iglesias hasta llegar a la más importante, la Catedral
Basílica de San Paolo Maggiore
Basílica Santo Domenico Maggiore
Iglesia del Gesù Nuovo
Iglesia de Santa Clara
Claustro del Monasterio de Santa Clara
Monasterio de Santa Clara:
Adulto: 6€
Estudiantes y mayores de 65 años: 4,5€
Catedral Santa Maria Assunta
Interior Catedral
Si ya habéis tenido suficiente dosis de iglesias, basílicas, monasterios y catedrales, ahora solamente os recomiendo que pateéis las calles en busca del lugar más bonito de la ciudad.
En vuestra ruta no puede faltar Via Gregorio Armeno, una calle muy pintoresca llena de tiendas con toda clase de souvenirs y belenes. Sí, has leído bien, Belenes. En Nápoles es tradición colocar un hermoso Belén en Navidad.
Si tu también tienes esa costumbre no te olvides de comprar un recuerdo de estos tan guays. Las figuritas son realmente bonitas y siempre podrás decir que son de tu viaje a Nápoles.
Nosotros hicimos aquí nuestras compras y, ya habiendo recorrido suficientes calles del centro, nos dispusimos a volver al hotel. Había que recoger las maletas pues era hora de ir al aeropuerto.
La mejor manera de llegar es con el Alibus, un autobús que parte desde la estación principal de trenes y que va directo al aeropuerto. El coste del billete es de 5€
Si sois varios en el viaje siempre puedes preguntar a un taxista, en la misma estación, por cuánto os llevaría al aeropuerto. No os olvidéis de regatear jaja
Aquí termina nuestra corta escapada a Italia. Este país es maravilloso, siempre tiene algo nuevo que ofrecer. Se disfruta de su gastronomía, su cultura, sus obras de arte, sus gentes. Nada más que decir que Italia nos tiene enamorados y prometemos volver pronto a conocer nuevas regiones del país
Arrivederci